Los hijos de nadie: (2 Hijos de Nadie)

Decidí escribir este libro porque creo que detrás de cada expresión de vida hay una historia profunda. Los hijos de nadie pretende mostrar la espinosa realidad presente en todas esas expresiones que nacen dentro y fuera de un hogar. Todas, felices a su manera cuando les es posible. Todas, con sus propias limitaciones y ventajas inherentes a sus respectivos escenarios y ambientes. Los hijos de nadie persigue también crear conciencia en el mundo humano sobre aquellos otros mundos que, como el nuestro, presentan sus propios entornos y retos. Este libro ha sido hecho con todo el respeto y amor que esas expresiones de vida, que comparten sus mundos con el nuestro, me merecen. Todos los días me entero de alguna triste o mala noticia respecto a ellas y entonces me pregunto: ¿por qué somos tan crueles los hombres con los animales? De todo ello surge este libro, dispuesto a alzar la voz en nombre de ellos. ¿Podremos algún día lograr un mundo más justo y más noble, un mundo con menos maltrato y más amor; mundo de todos, sin distinción de especie, y, que a todos por igual nos pertenece? Una de las aseveraciones más recientes y abstractas en torno a los seres vivos y sus formas más elementales de sensibilidad se halla en la declaración de Cambridge de 2012: De la ausencia de neocórtex no parece concluirse que un organismo no experimente estados afectivos. Las evidencias convergentes indican que los animales no humanos tienen los sustratos neuroanatómicos, neuroquímicos, y neurofisiológicos de los estados de la conciencia junto con la capacidad de exhibir conductas intencionales. Consecuentemente, el grueso de la evidencia indica que los humanos no somos los únicos en poseer la base neurológica que da lugar a la conciencia. Los animales no humanos, incluyendo a todos los mamíferos y pájaros, y otras muchas criaturas, incluyendo a los pulpos, también poseen estos sustratos neurológicos. Los hijos de nadie, título del segundo libro, como la serie, pretende mostrar la espinosa realidad presente en todas esas expresiones que nacen fuera y dentro de un hogar. Todas, felices a su manera cuando les es posible. Todas, con sus propias limitaciones y ventajas inherentes a sus respectivos escenarios y ambientes. Los hijos de nadie pretende crear conciencia en el mundo humano sobre aquellos otros mundos que, como el nuestro, presentan sus propios entornos y retos. Esta es mi historia. Como la mía, cada día se escriben muchas otras tantas. Como yo, muchos gatos y perros vivimos en la calle. Nadie sabe de dónde venimos ni a dónde vamos. Somos vistos pero no mirados. Durante la pandemia, en compañía de lo que pensábamos eran su madre y su padre, Lukas apareció en mayo de 2020 sobre nuestro auto; el cual se encontraba, debido a su uso escaso dada la situación aquel año, siempre cubierto con una funda protectora de la intemperie. Al poco tiempo descubrimos que no se trataba de su madre y su padre, sino de su hermana y su madre, porque esta amamantaba y cuidaba de ambas crías, a pesar de ser de evidentes distintas edades. Durante algún tiempo vivieron al pie de la puerta, acoplándose a nosotros y nosotros a la pequeña nueva familia Estoy feliz. Porque sé que contar mi historia, no será en vano. Porque sé que, por cada fondo recabado, el humano destinará el total de este en pro de los de mi especie. El autor promueve su obra y colabora con distintas asociaciones protectoras de animales, así como en el rescate, esterilización y búsqueda de hogares para ellos. Los fondos recabados de este libro son destinados a este propósito. Conoce más en LukasTheBook.com.